Jorge Rolón Luna, abogado y analista político, reveló las escalofriantes cifras del sicariato y el crimen organizado en Paraguay. Explicó que las estadísticas demuestran el progresivo aumento de episodios violentos asociados con el narcotráfico en el país.
Tras la publicación en redes sociales, agregó que «el sicariato en Paraguay deja cualquier cálculo estadístico desactualizado en minutos. Actualizamos enero, mes récord en ataques de sicarios en los últimos 3 años: 1 ataque de sicarios c/ 27,6 h; 1 ataque de sicarios c/ 1,15 días; 0.86 ataques de sicarios por día», a causa de la notificación de otro ataque de narcos ocurrido en Ypané, que dejó la cifra de dos muertos y un herido.
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Las críticas hacia los estamentos de poder no paran, más considerando el cuestionable actuar de la Policía Nacional, que “borró sin querer” la orden de captura internacional de José Bogado Quevedo, uno de los heridos en el tiroteo. El impacto de lo ocurrido en el festival de San Bernardino volvió a destacar el término “narcopolítica” en redes sociales.
Y si hablamos de narcopolítica, no se puede dejar de mencionar a uno de los mejores materiales para entender esta cicatriz nacional.
“Paraguay es un país lógicamente ilógico”
Paraguay, Droga y Banana es una película documental paraguaya dirigida por Juan Manuel Salinas, y fue estrenada en 2016. Cuenta la historia y los vínculos del narcotráfico y la política paraguaya, y cómo eso degeneró en la realidad política de nuestros tiempos. Una realidad bañada en la inmundicia de la corrupción, de la impunidad, y de la muerte.
En una hora y media se narra con un excepcional trabajo artístico y documental sobre los inicios del crimen organizado en Paraguay, a mediados del siglo XX. Este camino se ve entrelazado por los grandes hombres de la dictadura de Alfredo Stroessner, como el general Andrés Rodriguez Pedotti, el general Patricio Colmán, Sabino Augusto Montanaro, Carlos Barreto Sarubbi, Luis María Argaña, entre otros personajes de la historia moderna paraguaya.
Con entrevistas invaluables, se cuenta de primera mano el modus operandi de la mafia, los crímenes que cometieron, y cómo tras el golpe de estado del 3 de febrero de 1989 hubo una especie de amnesia colectiva por el negro historial de sus participantes, que terminó con el blanqueamiento de Rodriguez por el Congreso Nacional a finales de 1996.
Toca fibras sensibles para la población del Este del país, pues en un momento del documental se acusa al general Rodríguez, en complicidad con el ex gobernador del Alto Paraná (y declarado Ciudadano Ilustre de Alto Paraná) Carlos Barreto Sarubbi, de hacerse a fuerza de balas y sangre con unas tierras pertenecientes a la familia Melgarejo, ubicadas en la ciudad de Hernandarias, para la construcción de pistas de aterrizaje para el narcotráfico.
El documental se pregunta si el Paraguay una republiqueta bananera, haciendo referencia al mote que se utiliza para describir un país que es considerado políticamente inestable, empobrecido, atrasado, tercermundista y corrupto, cuya economía depende de unos pocos productos de escaso valor agregado (simbolizados por las bananas), gobernado por un dictador legitimado de manera fraudulenta o una junta militar, sometido a la hegemonía de una empresa extranjera, bien sea mediante sobornos a los gobernantes o mediante el ejercicio del poder financiero. El espectador se queda con la respuesta final.
Paraguay, Droga y Banana es un material que reaviva la memoria, que busca conocer los errores del pasado para no repetirlos. Su visionado debería ser casi obligatorio para los jóvenes que no vivieron esos años, para que puedan entender el contexto que golpea hasta nuestros días.
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Escrito, producido y dirigido por Juan Manuel Salinas. Música: Derlis González. Voz en off: Jorge Ramos. Testimonios: Salvador Ibarrola, Adalberto Fox, Carlos Martini, Epifanio Méndez Vall, Gilda Burgstaller, Ana María Morra, entre otros.
Fuente: El Urbano
