El Puente de la Integración es una obra financiada por Itaipú Binacional, con una inversión de 84 millones de dólares (provenientes de los gastos sociales). La nueva infraestructura se convertirá en la segunda conexión terrestre de Paraguay y Brasil, 55 años después de la habilitación del Puente de la Amistad.
El futuro de Itaipú, fuente de grandes inversiones de infraestructura en nuestro y principal generadora de energía, depende de la renegociación del Tratado que ya está en marcha. Según informaciones oficiales de Cancillería, los mandatarios no conversaron del tema en este encuentro bilateral. Sin embargo, la politóloga e investigadora paraguaya, Cecilia Vuyk, especialista en el tema Itaipú, alerta sobre una agenda oculta en el proceso de negociación.
Vuyk impulsa junto a otros especialistas en el tema energético y organizaciones sociales una campaña nacional llamada “Itaipú Ñande Mba’e” desde la cual se generan espacios de diálogo ciudadano, formación y movilización para la defensa de la soberanía energética.
Desde la Campaña sostienen que existe una agenda real y oculta que esconde intereses económicos de empresas vinculadas a los gobiernos de Paraguay y Brasil, entorno a la energía de Itaipú.
“Hechos concretos que nos muestran que hay una agenda oculta, una agenda real”, expresó.
Los objetivos de una agenda oculta
Mencionó como primer objetivo de esa agenda, avanzar en la privatización del mercado eléctrico para favorecer a grupos y empresas amigas o allegadas, tanto al Gobierno paraguayo como Brasileño. “El caso muy claro de eso fue Leros, que se frenó gracias a la movilización ciudadana, pero que mostró este objetivo central”, indicó.
“Otro punto de la agenda oculta nos parece bastante claro y clave que consiste en generar una nueva deuda de Itaipú, incluso con la emisión de bonos desde la entidad”, comentó.
Agregó que esta intención fue visible cuando el anterior ministro de Hacienda, Benigno López, sondeó esa posibilidad con el ministro de Hacienda de Brasil, Paulo Nunes. La idea no prosperó gracias a la movilización ciudadana, que con todas las limitaciones de la pandemia se opuso a cualquier otra deuda de Itaipú.
El tercer punto de la agenda oculta que denuncia la Campaña Nacional es según Vuyk: “Seguir utilizando Itaipú como una caja chica para que los Gobiernos de turno puedan tener un manejo prebendario y clientelar de todos esos fondos, y mitigar la crisis económica de nuestro país sin solucionar este problema más económico político estructural que tenemos y salir del atraso”.
Sostuvo que se ve con claridad cómo se mantiene un “esquema de Itaipú para unos pocos, como en estos 50 años”. Señaló que se evidencian las intenciones del Gobierno, con el nombramiento del nuevo canciller, (Federico González) quien estuvo vinculado directamente a la operación del acta secreta , “el premio” al anterior canciller del acta secreta (Luis Castiglioni) con el Ministerio de Industria y Comercio y el veto del presidente de incorporar los gastos sociales de Itaipú al Presupuesto General de Gastos de la Nación.
“Si para afuera y en términos oficiales no hay ninguna información de cómo se van dando las negociaciones, creemos fundamental que la ciudadanía estemos alerta y siguiendo este proceso porque son varios elementos que nos muestras claridad que hay una agenda oculta y una negociación entre cuatro paredes que está avanzando en este periodo”, advirtió la politóloga.
Una comisión sin incidencia real
Luego de la anulación del acta secreta de Itaipú, que se logró mediante la movilización ciudadana, el Gobierno Nacional anunció la creación de una Comisión Asesora, integrada por especialistas de diversas áreas para acompañar la renegociación del Tratado Binacional.
“La Comisión Asesora que se formó el año pasado fue -lo que sostuvimos desde un primer momento- un manotazo de ahogado para intentar buscar una legitimidad para un Gobierno que la carece totalmente y tratar de ganar un tiempo para que el Gobierno actual pueda seguir con su agenda oculta y tratar minimizar la movilización y tensión ciudadana en torno al tema”, enfatizó Vuyk.
Informó que la Comisión nunca llegó a avanzar. “Se hicieron unas primeras reuniones donde presentamos los estudios, pero no avanzó a un debate ni una propuesta que pueda considerarse un aporte sustantivo y con la excusa de la pandemia las reuniones se cancelaron. Sin embargo, el Gobierno siguió avanzando en sus conversaciones con Brasil, con propuestas”, comentó.
“No fue ni es un espacio real de participación, donde se pueda hablar que este es un proceso transparente y abierto”, agregó.
El rol fundamental de la ciudadanía
“La lección que nos deja el acta bilateral es que cuando una ciudadanía informada, organizada y movilizada se une podemos lograr cambiar la historia. La lucha del acta bilateral hizo retroceder no sólo al Gobierno Paraguayo sino a la misma Itamaraty, mostrando que la unidad de todos los sectores desde todos los roles que nos toca estar es lo que efectivamente se constituye en nuestra garantía para la defensa de la soberanía”, señaló la politóloga.
Instó a los ciudadanos y ciudadanas a seguir paso a paso este proceso. “Hay que mirar qué se está dando para afuera en la agenda pública y seguir denunciando y exponiendo la agenda oculta y secreta que se está dando entre cuatro paredes. Estar preparados para poner sobre la mesa con todas las fuerzas, todos los puntos que son necesarios para seguir avanzando y frenar cualquier intento de entrega, y lograr que esta oportunidad del 2023 sirva para la recuperación de nuestra soberanía y para el desarrollo integral del pueblo paraguayo y brasileño”, finalizó.