El corto-documental “Rubén, la muerte de un campesino” se estrenó el pasado 3 de diciembre, en el marco del Día Internacional por el No Uso de Agrotóxicos. La producción aborda un caso emblemático de muerte por intoxicación con agroquímicos en una comunidad rural de Canindeyú, Paraguay. Con el audiovisual se busca hacer visible una realidad de la que poco se habla y un Estado ausente en la protección de la vida en el campo.
Cada 3 de diciembre se recuerda el Día Mundial por el No Uso de Agrotóxicos. Es una conmemoración que fue establecida por las organizaciones miembros de la Red de Acción en Plaguicidas (PAN Internacional) en memoria de las víctimas de la tragedia de Bophal, India, ocurrida en 1984, debido al escape de 27 toneladas del gas tóxico metil isocianato, utilizado por la transnacional agroquímica Union Carbide para fabricar plaguicidas.
Esta fecha es fundamental en la lucha contra el uso intensivo de agroquímicos en monocultivos que son cada vez más extensivos en Paraguay. Un caso emblemático de este problema económico, social y ambiental fue abordado en el corto-documental «Rubén, la muerte de un campesino».
“Las fumigaciones mecanizadas en Paraguay son un arma de expulsión y saqueo territorial de comunidades campesinas enteras. El documental narra un caso emblemático de intoxicación masiva -en Canindeyú, 2011- que valió al Estado una inédita sanción de la ONU por crímenes ambientales”, indica la sinopsis.
La producción rescata el testimonio de familias campesinas que resisten en medio de la destrucción de ecosistemas, el desecamiento de arroyos y las pérdidas de producción.
La coordinación estuvo a cargo de BASE Investigaciones Sociales y la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (CODEHUPY) y el documental se realizó con el patrocinio de Diakonía. La realización estuvo a cargo de CinevecinO. La creación colectiva estuvo dirigida por Diego Segovia, con Agu Netto, Marta Miranda, Silvana Brítez y Vero Díaz.
La historia
“El caso Yerutí valió a Paraguay una inédita sanción de la ONU por violación de Derechos Humanos en 2019. Es un caso emblemático de las muchas comunidades campesinas asediadas por los grandes monocultivos. Los agrotóxicos son usados como arma de expulsión para apropiarse de las tierras campesinas”, cuenta Diego Segovia.
Comenta además la intención de este documental: “Creemos que visibilizando esta situación desde una perspectiva humana se puede exigir con más fuerza al Estado la protección de las comunidades y el cumplimiento de los compromisos exigidos por las Naciones Unidas. Y podemos también, como sociedad, tomar conciencia de lo que está pasando en el campo, y cuál de los modelos exigir como futuro. O en qué medida cada uno de ellos”.
¿Qué es Cine Vecino?
El CinevecinO es originalmente un espacio de encuentro para ver y debatir cine. Diego Segovia lo describe como “un grupo de amigxs territorialmente cercano, por eso vecino”.
Algunas personas que integran el grupo trabajan en el campo de la creación y tienen experiencias de producción juntos. “Con las reuniones se fueron ampliando los sueños, los proyectos y el grupo. Es un espacio en construcción, fundamentalmente de aprendizajes”, agrega.
Una serie de producciones nacionales podrán ser vistas en la página web de este proyecto: cinevecino.org. “Porque creemos necesario tener plataformas que nos acerquen a un cine más posible y más íntimo. La lógica de producción de imágenes para pantallas se está transformando radicalmente. Nuestro desafío es dialogar con esas transformaciones que se dan a nivel global, pero sobre todo queremos que el cine nos lleve a dialogar con nuestra realidad más vecina, que es la del país”, finaliza.